Ir al contenido principal

Te busco pero no me encuentro

Me perdí en el mar buscando el azul de tu mirada. Me perdí en el sol buscando el calor que tu corazón irradiaba. Me perdí en un tumulto de gente buscando los sentimientos que prometiste sentir. Me perdí en la noche buscando el amor que un día me diste. Me perdí en mí mismo buscándote a ti. Y es que creí que tú estabas hecho para mí, que tú y yo éramos inseparables, que un yo sin ti y un tú sin mi era un sin sentido. Creí en tus falsos para siempre y que tal vez los cuentos de príncipes y princesas estaban basados en hechos reales. Creí en finales felices sin esperar un punto y final para nuestra historia, que lo nuestro era mágico sin necesidad de trucos. Busco entre las piedras las lágrimas que derramé por ti, busco en mi baúl de recuerdos tus palabras disfrazadas. Busco a través de fotografías los besos que me regalabas, busco en mi almohada consuelo sustituyendo los abrazos que me obsequiabas.  A día de hoy me busco a mí mismo, pero déjame decirte cariño que te llevaste de m

Solo juega un corazón



Amor,

a ti, que he de decirte que ya no me veo capaz de seguir llamándote así. No porque yo lo haya decidido, sino más bien mi corazón, que ya no late de la misma forma por ti. Sé que te dolerá leer estas palabras, pero más me duele a mi tener que escribir esto, más me duele no poder amarte como antes. Y es que es así, mi corazón ha dejado de sentir.

No me arrepiento de nada. Esta ha sido, es y será la relación más perfecta que pueda llegar a tener jamás. Seguro que te preguntarás que entonces porque quiero finalizar lo nuestro, ¿me equivoco? Solo continua leyendo y hallarás la respuesta. Lo nuestro no fue amor a primera vista, por lo menos por mi parte. Te conocí y te convertiste en un buen amigo, un amigo pelirrojo que me comenzaba a encantar por su forma de ser conmigo y con todo ser viviente. Te vi diferente a todos los chicos que había conocido hasta ahora, de esos chicos que ya no quedan. Y no pude evitar enamorarme de ti, no pude evitar decir ese "Sí" cuando me pediste que saliera contigo.


Éramos felices desde el principio, yo cada vez te quería más y supongo que tú a mi también. Nuestros gestos, nuestras palabras, nuestras miradas cómplices... hablaban por sí solas. Éramos la envidia de los enamorados, porque tú y yo nos queríamos de verdad, lo nuestro era amor del real. Y llegó el punto en el que estaba convencida de que te amaba, de que esto iba a ser para siempre. Un día me confesaste que te habías dado cuenta de que no me querías, de que realmente me amabas y tenías miedo de perderme. Tus palabras me hicieron llorar, llorar de emoción, llorar de felicidad... Aún recuerdo ese día como si fuera ayer y no puedo evitar emocionarme como aquel entonces.

Llevábamos un año de relación y seguíamos igual de felices. Nada había cambiado, o eso parecía. Todos los que apostaron en contra nuestro se equivocaron. Todos los que decían que éramos muy jóvenes para encontrar el amor verdadero perdieron su batalla frente a Cupido. Seguía amándote como el primer día, con ganas de comernos el mundo y vivir lo imposible. Pensaba que era tan feliz que un día iba a reventar de tanta alegría que irradiaba. Mi mundo era perfecto, mi mundo era del color de tu pelo, mi favorito.


Pero hoy, después de casi un año y medio de relación, tengo que confesarte lo siguiente: ya no me pongo celosa cuando hablas con tus amigas o  quedas con ellas, ya no estoy constantemente pendiente del móvil para ver si me has hablado o no, ya no estoy las 24 horas del día pensando en ti y que estarás haciendo, si me echas de menos o piensas en mi; ya no me alegran tanto como antes tus mensajes de buenos días o buenas noches, ya no anhelo con las mismas ansias que llegue el fin de semana para poder verte, correr hacia ti y subirme a tus brazos. Todo ha cambiado, hasta el punto de que tus mensajes a veces me agobian, a veces prefiero quedar con mis amigas que contigo, a veces desearía haberte conocido más tarde para que esto no hubiese acabado sucediendo...

Ya no te amo como antes. Puedo ser tu amiga si así lo deseas. Sé como eres y ahora estarás odiándome por dentro. Yo también me odio, por no poder darte lo que realmente deseas, por no darte lo que realmente te mereces. Aunque lo nuestro se haya acabado sigo sin ver a alguien diferente como lo eres . Y es que no puedo seguir contigo sabiendo que tú siempre vas a dar más de lo que yo te voy a poder dar. Soy consciente de que nunca encontraré a alguien como tú, alguien que me quiera tanto, que me acepte tal cual soy sin intentar cambiarme y que me respete de la misma forma en la que lo haces tú. Y a pesar de todo, renuncio a nuestro amor por ese motivo, por ser demasiado perfecto. Porque todo lo que sube baja y mis sentimientos ya no son los mismos.


Porque como bien dice la canción: en este juego de dos solo juega un corazón.
https://www.youtube.com/watch?v=mZ8vWuSJce8

Si os ha gustado este artículo encontraréis más en la siguiente página:
https://lovinlifeofficial.blogspot.com.es/

Comentarios