Ir al contenido principal

Te busco pero no me encuentro

Me perdí en el mar buscando el azul de tu mirada. Me perdí en el sol buscando el calor que tu corazón irradiaba. Me perdí en un tumulto de gente buscando los sentimientos que prometiste sentir. Me perdí en la noche buscando el amor que un día me diste. Me perdí en mí mismo buscándote a ti. Y es que creí que tú estabas hecho para mí, que tú y yo éramos inseparables, que un yo sin ti y un tú sin mi era un sin sentido. Creí en tus falsos para siempre y que tal vez los cuentos de príncipes y princesas estaban basados en hechos reales. Creí en finales felices sin esperar un punto y final para nuestra historia, que lo nuestro era mágico sin necesidad de trucos. Busco entre las piedras las lágrimas que derramé por ti, busco en mi baúl de recuerdos tus palabras disfrazadas. Busco a través de fotografías los besos que me regalabas, busco en mi almohada consuelo sustituyendo los abrazos que me obsequiabas.  A día de hoy me busco a mí mismo, pero déjame decirte cariño que te llevaste de m

Un amor perdido, o no





Se conocieron en una playa de Tarragona, en un cálido mes de Mayo. Perdieron un tren que solo cogieron sus amigos, ellos fueron los únicos en quedarse atrás. Es como si el destino lo hubiese querido así...


Tras varias horas de charla incesante sus caminos se separaron. Ellos no lo sabían, pero fue así. Intercambiaron números y la cosa no quedo aquí. Cada día se mensajeaban el uno al otro, haciéndose sentir cómplices de algo único. O eso pensaba ella, hasta el día que quisieron volver a verse y él le cerró las puertas. ¿Porqué? Se preguntó ella... Poco hubo que decir, la chica se mudó a Barcelona pocas semanas después sin darle noticia alguna. ¿Para qué? Pensó para sí misma, si no quiere verme. Pasaron 2 años hasta que ella volvió a Tarragona de nuevo, 2 años que el destino los había separado. Un día cualquiera la chica tomó un tren, un tren que le cambiaría la vida, y no sabía cuánto. Antes de subir, un chico moreno llamó su atención... ¿Era él? No, no puede ser, pensó. ¿Y porqué no? Si sus padres trabajan justo aquí al lado. Había una gran posibilidad de que fuese...¡ÉL! Lo observó sentarse al lado de una persona mayor. Ya no quedaba ningún asiento libre, decidió quedarse de pie junto a una de las puertas próximas a él. ¿Me reconocerá? No dejaba de mirarle de reojo mientras le daba vueltas al asunto. Decidió esperar a que el anciano se bajase en su correspondiente parada para poder sentarse a su lado. Medio trayecto después, cuando la chica ya casi no tenía esperanza alguna de lograr sentarse a su lado a tiempo, el anciano dejó su asiento libre y bajo las escaleras del tren parsimoniosamente. ¡Por fin! Se sentó a su lado y lo observó. Estaba mirando su móvil y escuchaba música. Durante el trayecto ya le había dado tiempo de verificar que, obviamente, se trataba de ÉL.


Le retiró un auricular del oído y le dijo... Hola, ¿me reconoces? Él la observó extrañamente y dijo que no. Soy la Blanca, contestó ella. La cara de sorpresa que expresaba el rostro del muchacho era mayúscula. Tras el típico par de besos, y varios minutos de nervios mutuos, un río incesante de preguntas y respuestas invadieron sus vidas por un momento. Tantos recuerdos volvieron a sus cabezas, de aquellos alegres días pasados en que se conocieron y aquellos no tan felices después de que la vida decidiese separarlos. Al final del trayecto, uno delante del otro, se produce un breve segundo de incómodo silencio. ¿Esto era nuevamente una despedida? La chica esperaba que no. ¿Quién sería capaz de pedir primero el número a quién? Él, fue ÉL. Y tras un hasta luego, eso deseaban los dos, cada uno emprendió su camino. Y ahí volvió a recomenzar todo... El juego del destino los había puesto en un tablero sin saber que futuro les deparaba. Y es que aún les quedaba un año más por delante de una amistad que era incierta. Ninguno quisó mencionar lo que había pasado dos años atrás. Pero casi un año más tarde, que les había echo convertirse en mejores amigos, surgió el tema. No se sabe el cómo, pero surgió. Fue a partir de esa conversación donde la confianza entre ellos llegó a su cumbre. Y una noche que supuestamente iban a ir de fiesta juntos, perdieron el último tren, como el día en que se conocieron. Y acabaron en aquella playa de Tarragona, donde empezó todo. Fue en esa fría y maravillosa noche, cuando la chica decidió dar un paso más allá. Abrazados, se pegó más a él y... lentamente lo besó. ¿Es real? Preguntó el muchacho después de ese mágico y tan esperado momento.... Dijó la chica con un brillo especial en sus ojos. Y ese fue el principio de su maravillosa historia. La mini historia más grande del mundo. Y es que el juego del amor nos tuvo 3 años jugando. https://www.google.es/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://www.youtube.com/watch%3Fv%3D_mAmEKNqg1g&ved=0ahUKEwie1LWA1OfRAhWFtRQKHVi-DukQo7QBCBowAA&usg=AFQjCNFtBhzh1ceKhReiyXhw5RH2SJD4nw


Comentarios